Dicen que enamorarse es lo más grande que le puede pasar a alguien. Y es precioso compartir tu vida con esa persona por la que la darías entera.
Verle
amanecer, acariciarle el pelo, erizarle el vello, besarle, morderle,
hacerle reír y reír por él. Darte cuenta de que es lo más grande del
universo y sentirte orgullosa porque ha ido a parar a tus brazos. ¿Quién
se lo merece? Es lo más grande que le puede pasar a alguien.
Hacer planes de futuro y cumplirlos. Estar "in love". Que suena mejor y más enganchante. Como si te hubieras vuelto adicto a alguna droga súper fuerte pero difícil de conseguir.
Enamorarse.
Una historia de dos que se descubre especial cuando intentas entrelazar
los dedos con otra persona y te haces un lío porque no los entrelaza
como él.
Las
costumbres, las manías que se vuelven cotidianas y hacen que todo lo
demás parezca lejano y desconocido. Entenderse con una mirada, tocarse
con los ojos, comerse con las manos y reírse en un suspiro. Y nadie más
se entera.
Dicen que enamorarse es lo más grande que le puede pasar a alguien. Una experiencia que todos deberíamos vivir al menos una vez en la vida. Por qué.
Por qué una vez en la vida y luego se acaba.
Porque también tenemos que vivir el desamor y eso sí que es grande. Joder.
Es
un gigante de cien metros de alto y ancho como medio continente que
llega arrasándolo todo y aun así no lo vemos venir porque creemos que el
amor es lo más grande que nos puede pasar.
Pero el desamor es más grande.
Solo cuando el desamor hace que te muerdas la lengua del tortazo que te da, te das cuenta de que la sangre no es tan dulce.
Es mucho más simple de lo que parece. Es solo la ausencia del amor.
No sirve de nada mezclarlo con odio, con decepción, desilusión, desesperanza, un poco de lo contrario, la soledad...
Solo es vacío. El vacío que ha dejado lo más grande que nos podía pasar.
Y
echas la vista atrás y los planes de futuro se cumplieron, y cómo jode
que todo fuera real y que ya no le importes una mierda. Cómo jode haber
dado tanto, saber que habéis dado tanto, para terminar siendo nada.
Pero, ¿qué vas a hacer? ¿ser algo? ¿mantenerte "in love"
y sentir que tropiezas una y otra y otra y otra y otra y otra y otra y
otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra vez?
Contigo y con él, porque a veces los dos sois piedras. La misma piedra.
Una sola. Y qué difícil es partir una piedra por la mitad y apartarla
del camino.
Pero
si es que nos matamos a pedradas. Pero es que intentamos culparnos
eternamente. A nosotros mismos y a nuestras piedras favoritas. ¿Pero
quién coño se enamora de una piedra?
Ah, mierda.
Quiero
odiarme y quiero odiarte. Pero en el fondo solo siento tristeza y pena.
El vacío que ha dejado eso tan grande de estar enamorada. Ojalá tenga
razón y sea vacío y no sea amor. Ojalá no me esté pesando tu existencia y
ojalá pronto deje de pesar tu ausencia.
No
voy a culparme, porque todos debemos pasar por esto, incluso cuando
implica dejar de ser nosotros mismos y volvernos unos gilipollas con los
ojos vendados y las mejillas agrietadas de llorar. Incluso cuando
implica obligarnos a destruirnos porque algo tan grande como esa persona maravillosa merece de nosotros más que nosotros mismos.
Pero
que nadie me crea. Porque estoy equivocada. Porque no hay necesidad de
ser autodestrucción ni destrucción. No hay necesidad de sentir ese vacío
que sentimos, no por ausencia de amor, si no porque también nos hemos
perdido a nosotros mismos por el camino.
Estoy equivocada. Y era amor. Pero es
quitarse la venda y descubrir que alguien me ha dejado sola en una
habitación cerrada con una desconocida, con la persona en la que me
convertí intentando ser lo mejor para ti. Para el amor.
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